Aquí me siento a escribir una vez más porque soy más de esto que de hablar y por algún motivo es como mejor me salen las palabras. Hace mucho que no escribo y me había prometido escribir semanalmente… empecé el año queriendo escribir y aunque varias veces tuve deseos algo lo interrumpía. Lo que nunca pensé fue que lo que está pasando hoy, tú, seas mi primer escrito del 2020.
No sé cómo empezar, yo espero que mientras escriba estas palabras – que no sé cuántas van a ser – tú entres en mi mente y allá arriba, que te tienen que estar dando la bienvenida más espectacular, me escuches.
A la misma vez que me reprocho muchas cosas y una mezcla de sentimiento se apodera de mi corazón puedo imaginar cómo te debes estar riendo a carcajadas, sin que nada más duela y yo espero que tengas un medalla bien fría en la mano! O quizá un buen vinito de esos que son realmente para disfrutar el momento… salud por tí!! (Más adelante le pido una canción a algún DJ allá arriba para ti) Acabas de llegar a donde nuestro Padre, a donde todos algún día queremos llegar, te nos adelantaste pero tu alma hoy está en gozo para siempre.
Gracias debería ser lo primero que te diga, pero esta vez la voy a reemplazar por un “perdóname”. Perdóname por no estar, perdóname porque hoy no vengo a justificarme como quizá otras veces hago, reconozco lo cobarde que fuí y estoy consciente del tiempo que perdí. Verdaderamente como pocas veces me pasa, hoy me arrepiento, lo que más lamento es que haya sido tú la persona con la que aprendí y descubrí esto. Perdóname por las una y mil ausencias que pude ocupar en tu vida. Perdóname por muchas veces no dar una llamada o un mensaje aunque muy en el fondo te extrañaba, lo juro. Hoy le pido a Dios que algún día tú, agarrada de la mano de él me den una señal para saber que si me perdonaste, ese día mi corazón tendrá un paz diferente a la de hoy.
Gracias… por TANTO! Gracias por desde el día uno en esa casita de Arecibo abrirme las puertas de tu vida, de tu familia, de tu corazón. Gracias por ser esa persona que me escuchó tantas veces sin miedo a decirme “mira puñeta Jailene” (con ese vozarrón que sacabas de no sé dónde) y cantarme las cosas como eran. Gracias por ser ese soporte cuando tenía que decirle a mami que la Fabu venia por ahí. ¿Tú recuerdas los arrocitos blancos con huevo y atún? Siempre que lo quería me complacías. ¿Recuerdas el bizcocho que hicimos de corazón porque la barriga de dio mala y jodona? No dudaste en recorrer todo Vega Alta para conseguirme ese molde en forma de corazón que las hormonas me pedían. No me arrepiento de no haberlos dejado comer – jajajaja – te quedó demasiado rico y no quería que se me acabara. ¡Gracias por eso también!
¡Gracias por tantas memorias! Mientras escribo esto ando a moco tendido porque no sabes las ganas que tengo de darte aunque sea un último abrazo, jamás hubiera imaginado que aquel cumpleaños iba a ser nuestro último abrazo. Que bien la pasamos, que feliz fui. Reviví tantas amanecidas entre risas y cervezas, tantas noches en tu balcón hasta que salía el sol y me decías: “¿cabrona todavía no tienes sueño?”. Tantos días haciendo mucho o haciendo poco, las carreteadas por ahí contigo, las comidas ricas ricas, las buenas conversaciones. Cierro los ojos y recuerdo tantos días en tu casa. Mis momentos contigo serán siempre de los más bonitos. Gracias porque sin dudar dijiste que sí para ser mi madrina de confirmación, ¡te pasabas! ¡No sabias de no! Marcaste muchos de mis momentos más importantes. ¡Gracias!
Serás la guerrera más valiente que existe. Nunca conoceré mujer más fuerte que tú. Eres lección de vida para todo el que tuvo el privilegio de conocerte.
Y una última cosa, ni allá arriba te salvas de esto. Desde aquí cantando a todo pulmón, con medalla en mano te grito ¡SALUD! (Aquí es que le pido la canción al DJ)
“Por si hay una pregunta en el aire, por si hay alguna duda sobre mi, hoy quiero confesarme, hoy que me sobra tiempo, voy a contarle a todos comos soy. Hoy quiero confesar que estoy enamorada, por matar los rumores de aquella esquina, que me gusta el perfume de claveles y que llevo en el alma Andalucía. Hoy quiero confesar que estoy algo cansada de llevar esta estrella que pesa tanto, que perdí en el camino tantas cosas que me hicieron a veces tanto daño, tanto daño… hoy quiero confesar.
Si estoy alegre o triste ¿quien lo sabe?, si todo el mundo tiene la razón. Hoy quiero despojarme y desnudar mí alma para q sepan todos como soy. Soy un poco de sal y un poquito de arena. Primavera despierta en una ventana. Soledad y vacío cuando espero. Corazón encendido si el me llama. Hoy quiero confesar q he llorado mil veces escuchando las notas de una guitarra, que le debo a la vida tantas cosas y he cantado bajito alguna nana, alguna nana. Hoy quiero confesar.” – versión Olga Tañón.
Gracias por escucharme cantar siempre q salíamos de una bebelata, ¡condena! Olga era lo mejor que me quedaba y no te hagas que sé que te gustaba que te cantara.
Te amo y te amare esta vida y todas las que me toquen. Ojala en la próxima Dios nos junte otra vez.
PS. Grítame en un sueño, así como cuando te jodia, que todo está bien!
Y, voy a hacer las cosas ahora diferente, te lo prometo...
Bendición,
- Jai
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