Hoy les hablo sobre este tema porque una amiga, que, aunque no la veo quizá desde los tiempos de high school (más de 11 años quizá) me escribió en un post de Facebook que hablara sobre este tema “Un hogar desordenado”. Lo pensaba escribir aquí, luego decidí hablarlo en Mamasitas Down-To-Earth, otra vez pensé en escribirlo y aquí estoy.
Para empezar me fascinó la idea de que le llamara hogar y no casa. La palabra hogar define y reúne lo que es ese núcleo familiar, esa complicidad entre los que componen nuestra familia, esas risas y llantos que entre todos, juntos, pasan. La casa para mi es solo una estructura. Segundo me fascino también la idea de desarrollar un tema dado por una mama que disfruta mis letras. ¡Gracias por proponerlo! Esta interacción y que nos involucremos es algo que me encanta.
En el caso de ella, tiene tres hijos que estimo deben tener aproximadamente 9 años el mayor y el menor solo uno y algunos meses, creo que sé por dónde puede venir cuando propuso este tema. No hablamos nada sobre el tema, lo único que me dijo fue que “queremos un hogar ordenado pero no es la realidad del asunto”.
Miren, vamos a empezar diciendo que yo detesto las tareas del hogar: lavar ropa, guardarla, recoger, mapear, barrer, fregar… en fin. Yo lo hago porque nadie más lo hace. Aunque hace unos meses atrás tuve que poner orden y respeto es casa porque lo hacia todo yo. Literalmente ahora mismo en el medio de mi sala (el que ha venido sabe que no miento), tengo un “sticker” tipo pizarras blancas y dividí las tareas por día entre Fabiana y yo. Un día ella: tiene que fregar todo lo que haya, recoger la caca de los perros, el pipi, cambiar los pads, sacar la basura, uno que otro día limpiar los baños, mantener su cuarto ordenado y el día siguiente yo, vamos haciendo esto alternando los días. Tuve que hacer esto, que de hecho, me ha funcionado bastante bien porque: uno- dejé la cantaleta y dos- le permite a ella tener algún tipo de responsabilidad en el hogar.
Ella tiene 11 años, no es una bebe y ella es regona (no vengo a señalarla porque yo también lo era y pues lo sigo siendo- es que uno modifica porque ahora si no lo hago ella menos). Yo como mamá soy bastante flexible, no soy la más estructurada y no soy muy de rutinas, no quiero decir con esto que aquí se hace lo que sea. Ella tiene tres responsabilidades: las tareas de esa pizarra, estudiar y mantener su cuarto “on point”. Sí, tengo que decirle “on point” porque sino es zona de desastre. Como en las bodas que hay que decir etiqueta súper extra mega formal para que se pongan chaqueta y traje largo porque siempre hay alguien que llega en mahones y traje corto. (Sin juzgar, es que a veces hay que seguir las etiquetas).
Volviendo al tema. ¿Qué tanto te preocupas por tener la casa u hogar ordenadísimo? Hay personas que por naturaleza se les da, es increíble vas a esas casas y están resplandecientes. Ese obvio no es ni mi caso ni mi casa – jajajaja. Nos volvemos esclavos y vivimos para mantenerla bien, si a mí se me forma un caos con Fabiana o sea un niño solamente no quiero imaginar a muchas mamás (incluyendo esta amiga que me sugirió el tema), las admiro tanto, las ve haciéndolo TAN BIEN.
¿Vale la pena? Miren cuando yo era nena mi mama trabajaba toda la semana y estoy súper consciente de que lo menos que pensaba cuando llegaba por las noches era recoger X o Y cosita que pudiera haber en la casa, los fines de semana recuerdo la música (como en tantas casa boricuas) y el “limpia para aquí y limpia para allá”. Si de algo estaba segura era que no me iba a pasar eso a mí, es bien, bien raro que yo ande limpiando los fines de semana, no me limito a hacer cosas porque tengo que limpiar. Si no tengo nada prefiero estar tirada en el sofá con mi familia, Fabi o sola antes de virar la casa “patas para arriba”. Así que en la semana siempre ando lavando ropa, con este régimen que tenemos implementado es menos el reguero que se forma (o por lo menos eso intentamos), en adición no soy participe de perder tiempo en familia por limpiar.
A veces nos preocupamos tanto por esas cosas. Gran parte de las veces es porque hay alguien en tu vida que critica la forma en como manejas tu hogar, como crías, como limpias, que tan regona eres… Déjame recordarte que no necesitas eso, ese problema no es tuyo, es de la otra persona y deberían irse a sus casas a criticar sus vidas. Además, no quieres gente así. ¿En que momento nos volvimos esclavos de las apariencias y lo que la gente piensa? ¿En qué momentos sentimos el derecho de juzgar como se mueve el hogar de otra persona? Soy fiel creyente de que si eres feliz como llevas tu vida no tiene caso preocuparnos por más. Déjales saber que con ese “reguero” te va brutal, sino que te hagan el favor de recogerlo, ¿no? J. En el peor de los casos son personas que no quieres en tu vida, las toxicas que vienen disfrazadas a veces de otras cosas.
No se imaginan las miles miles miles miles de peleas que he tenido con Fabi por su cuarto y no ayudarme. De hecho mis problemas con ella son esos porque de lo demás Fabi es demasiado brutal, demasiado fácil de criar gracias a Dios. Todas las mañanas o tardes pasaba algo que me hacía a mi caer en un coraje inmenso por su cuarto (al cual no entro todos los días para que no me suba la presión), por cualquier ropa o zapato por la casa, ella desde que entra por la puerta se va desprendiendo de cosas al final tengo en cada esquina un zapato, la lonchera, el bulto, la computadora, medias, camisa, abrigo… ¿quieren que siga?
Pero, poco a poco me he venido dado cuenta de que ese coraje es muy mío, se me carga el día con una lucha que no necesito. Empezaba las mañanas con mi café y drenada, menos mal que después de dejarla entreno y ahí libero todas esas toxinas que no necesito en mi vida – jajajaja.
Mamasita/ papasito que me lee, miremos si esa pelea y ese estrés que pasaste te recoge el reguero que tienes o te lava la ropa. Miremos si ese reguero merece que entremos en pánico con nuestro hijx, esposx, novix, amigx… si merece una descarga, que les pregunto ¿va a fregar los trastes sucios? Poco a poco, pero bien poco a poco voy tratando de evitar que eso me estrese tanto, tengo un cuadrito que dice “Good moms have sticky floors, messy kitchens, piles of laundry and happy kids” en mi cocina, bastante certero ¿no? No perdamos tiempo con la casa, no es que la descuidemos y hagamos el desmadre de la vida pero con amor eduquemos (me aplico). El otro día reprendí a Fabi (por temas de la escuela/ tareas – hablemos de esto luego) tan y tan bajita porque ya las energías estaban tan gastadas que al final me dejo una nota, me hizo llorar, me entendió, me hablo en la tarde y me dijo “gracias mami porque esta vez me regañaste hablando” y es que literal estábamos teniendo una conversación. Esa niña de 11 años me dio dos bofetadas y una lección de vida con esa carta y esas palabras.
Así que poco a poco voy aprendiendo a ser más paciente, a vivir en calma. Aprendo y me enfoco en redirigir mis energías. Por ejemplo puedo dedicarme a pelear con ella por el cuarto regado que todos los niños tienen (nosotros fuimos iguales) o venir aquí a desarrollar un tema para hablar con ustedes y usar mi energía con Mamasitas Down to Earth. ¿Qué me deja más? ¿Imaginen estos tiempos de COVID-19? Esa niña aquí 24/7 – jajajajaja ¿habrá o no habrá reguero en mi casa? No dejo de decirle y ponerme fuerte porque no es que va a tener sapos y cucarachas en su cuarto pero no va a ser mi lucha. No voy a convertir esta convivencia en más estrés del que hoy día vivimos, en ese estrés que le puedo notar y quizá no sabe canalizar. Hoy la cocina me importa menos que antes y me siento a ver una película con ella a las 11:00 pm con todos los trastes en el fregadero sin ningún remordimiento. Los trastes en algún punto se van a fregar, mi tiempo con ella no se recupera.
Así que si tu casa no está ordenada 24/7 no importa, si tienes ropa en el piso de los nenes, el marido, la hermana, quien sea no te sientas mal porque tienes le privilegio de compartir tu hogar con alguien. Si tienes juguetes que en ocasiones pisas y te molestas porque dolió, no te quejes más de ese dolor o del cantazo porque significa que tienes niños felices jugando y disfrutando su momento. Si tienes toneladas de ropa en tu hamper no te mates lavándola en un fin de semana o un día, ni te frustres, que bendición tener todos los días una ropa diferente que utilizar. Cuando tengas una montaña de trastes no te agobies porque ese día diste de comer a tu familia.
El día que no puedas fregar porque estas muy cansadx, acuéstate. Dejar los trastes de una noche a otra una que otra vez no te va a dar más ni menos. Yo sé que a veces no podemos porque a mi no me gusta acostarme con trastes sucios pero al final del día son eso, trastes. Así debes verlo todo… gracias a Dios tienes ese hogar que compartir con tu gente, con los que más amas.
No nos sintamos mal si nos llega la visita y tenemos un desorden, ahí están nuestros hijos, nuestra familia, los que componen nuestro hogar y el que viene no es como que tiene voz o voto de sobre como tener tu hogar. Al final solo te van a criticar, nadie te va a decir “ay pobre, déjame ayudarla porque esta ajorada”; bueno, nuestra mamás harían algo así, hermana, mejor amiga… Pero hasta ahí, nadie más te va ayudar.
No nos juzguemos, no nos critiquemos, seamos mejores que eso. No castiguemos la familia por el reguero de la casa. Al final la casa no va para ninguna lado, eso se queda ahí y tu momento pasa.
Amiga, no sé cómo tienes tu hogar pero si está desordenada que eso jamás te quite el sueño, si alguien te la crítica pídele que te la recojan y me cuentas si te lo vuelven a decir. Nadie sabe cómo cargas tus días, cuál es tu cansancio o que tanto haces cada día y no se detienen a ver.
¡Dis fru te mos la vida! ¡Seamos felices! Gocemos nuestros pollos, después crecen y vamos a extrañar esos regueros. Esto es algo temporal.
En estos tiempos tan complicados que estamos viviendo lo más importante es la unión y vivir cada día feliz. Usemos y transformemos nuestras energías para crear momentos positivos, no permitamos que el miedo, el pánico, la convivencia, el encierro y la monotonía se apoderen de nosotros. Yo sé que esto pasara pronto, estoy demasiado confiada en el Señor y cuando pase, no dejen como quiera de seguir viviendo en la misma plenitud que estas aprendiendo a vivir actualmente. Por ahora: disfruten deel hogar que vienen tiempo construyendo, lavense las manos y ¡Quedense en casa!
¡Un abrazo para ti amiga y para todxs los que me leen!
XO – Jai
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